Archive for agosto 2013

jueves, 1 de agosto de 2013


LOS SECRETOS PARA HABLAR EN PUBLICO

Hablar ante una audiencia que nos escucha puede ser un verdadero tormento para algunos. Otros en cambio, parece que se crecen y ante la gente responden mucho mejor de lo que lo hacen en círculos más íntimos.

Mientras que para algunos las personas que tienen delante les imponen demasiado a otros les proporcionan una sensación de alivio, no hablas para nadie en concreto pero todos te escuchan y es mucho más fácil así que cuando estás en petit comité.

Sea como sea ambos tipos de persona tienen alguna inseguridad, que pasa por enfrentarse a hablar delante de gente y que pueden resolverse de manera similar. O bien usando lo que te funciona en uno de los casos para aplicarlo al otro o bien trabajando para solucionar tus problemas de inseguridad y timidez independientemente del tamaño de tu público.

Para ello puedo recomendarte nuestro vídeo curso: cómo superar la timidez y ser sociable, en el que aprenderás todas las técnicas para perder el miedo a hablar en público y a relacionarte con los demás, en general.

¿Cómo podemos aprender a hablar en público?

La respuesta es sencilla de dar, aunque difícil de llevar a cabo. Como todo en esta vida para aprender algo no nos queda más remedio que hacerlo. Pero, ¿cómo hablar en público si físicamente nuestro cuerpo no nos responde?

Cuando sientes ese miedo escénico empiezas a sudar. Tiemblas. Sientes que la voz te falla, se te seca la boca. Eres incapaz de hablar. Cuando lo haces tu voz es débil y tu discurso inconexo. ¿Verdad?

Para ello es básico que tengas seguridad en lo que vas a decir.

Practica el arte de la retórica. Aprende a estructurar los pensamientos. A destacar puntos de cada uno de ellos y a tejer una red que una unos a otros.
Luego con solo recordar los puntos  y las conexiones serás capaz de reproducir el discurso.
Los pasos a seguir son los siguientes:

Estructura lo que vas a decir:

Prepara una introducción que explique o exponga claramente la situación. Si tienes que defender una idea en este punto deberás presentar la situación y los motivos que te llevan a defenderla, por ejemplo.Enumera los puntos de los que vas a hablar. Trata de mantener el interés y de tocar las emociones de la gente. Deja los puntos más emocionales para el final.Conclusión o alegato final. Depende de lo que tengas que hablar en público este es el momento para un repaso breve a la situación y para renovar la petición. Si consigues mantener la emoción hasta el final y el público se va con ella es más posible que tu discurso sea un éxito.

Memoriza el discurso mediante los puntos importantes. Si lo tienes bien interiorizado bastará con recordar los puntos para poder desarrollarlos.
Une los puntos mediante un circuito, hazlo de manera que a ti te parezca lógica, para ello puedes utilizar varias técnicas de memoria, busca una que se adapte a ti. Son buenos los mapas mentales para este tipo de cosas.

Practica, delante del espejo, delante de una cámara. Habla simplemente en voz alta para mejorar las palabras que usas, para elegir aquellas que no puedes pronunciar con facilidad o para evitar cacofonías.
Una vez tengas práctica en estructurar discursos te resultará cada vez más fácil y podrás prepararlos sin necesidad de escribirlos enteros ni de practicarlos, simplemente haciendo el esquema de los puntos a tratar. La práctica llevará al resto.

Tener seguridad en el discurso que vas a dar o simplemente tener algo que decir puede ayudarte mucho, para que aprender a hablar en público sea posible.

No todos los oradores son capaces de prepararse sus propios discursos pero para la mayoría de la gente hablar en público no solo significa tener que pronunciar un discurso sino tener que prepararlo.
Ganarás en seguridad y podrás actuar mucho mejor cuando aprendas a estructurar y organizar las ideas antes de compartirlas con la gente.

Posteriormente tendrás que lanzarte y practicar, no te queda otra.

He leído sobre este tema en diversas ocasiones y curiosamente lo que funciona para unos no funciona para otros. Unos te recomiendan que para perder la vergüenza te imagines al público desnudo, no digo que no funcione, pero a mi me parece absurdamente ridículo e innecesario gastar energía en tratar de transformar la imagen de lo que tenemos delante.

A mi me funciona empezar a hablar mirando al fondo. Sin fijarme en nadie en concreto. Estoy sola, como cuando hablo ante el espejo. Poco a poco a medida que voy sintiéndome segura con el discurso, no suelo necesitar muchas palabras para ello empiezo a mirar a la gente, me voy acercando poco a poco hacia adelante.

Suelo variar de persona para hablar, no me gusta fijarme en una sola, también me incomoda cuando tengo la sensación de que alguien da un discurso solo para mi, así que trato de no hacer pasar a nadie por eso.

Cuento unas cosas mirando a unos, otras mirando a otros. Y así, sin darme cuenta voy avanzando en el discurso.
A medida que vas aprendiendo a hablar en público y ganas confianza aprendes a mirar al público y a usarles cuando te quedas sin recursos, convirtiendo a tu audiencia en un recurso más.

Respecto del tono de voz dependerá de la audiencia y los medios con los que cuentes. Pero suele ser más interesante una persona que modula bien la voz pero que no grita y que cuando está en ambientes reducidos habla en un tono más bien bajo. Eso obliga a la gente a callarse y a prestar más atención para escuchar mejor.

Por último, a parte de práctica te recordaré una vez más la importancia de tener un discurso claro, no hablar en vano y saber lo que vamos a decir. Conocer el tema a fondo nos aportará seguridad. Aunque no vayamos a contarlo todo, siempre es bueno tener respuestas para posibles preguntas del público.


APRENDE A DEJAR LA MONOTONÍA EN LA PAREJA

Creo que a todo el mundo le da miedo caer en la monotonía con su pareja y que la relación se estropee por culpa de eso.

Cuando somos jóvenes es algo que creemos que no nos va a pasar. Muchos se prometen una vida llena de emociones y diversión. Puede ser, claro que sí, pero a medida que te vas haciendo mayor y adquiriendo más responsabilidades te das cuenta de cómo de difícil puede llegar a ser evitar la monotonía.

Y no solo me refiero a la vida en pareja, a tu vida misma. Tienes que trabajar en lo mismo, tienes que ir de un sitio a otro diariamente, vives en la misma casa, con las mismas personas, tienes los mismos amigos… La vida, queramos o no, se vuelve monótona para la mayoría de nosotros. Tenemos una serie de obligaciones que cumplir y el resto del tiempo lo podemos dedicar a divertirnos. Pero queda tan poco tiempo que es muy difícil hacer cosas nuevas que nos alejen de la monotonía.

En la relación de pareja pasa igual. Cuando dos personas están a gusto juntas y se acoplan una a la otra, crean rutinas perfectas. Esas que echas de menos cuando no está tu pareja pero que también son las que causan la sensación de monotonía.

Lo ideal es encontrar cosas que hacer con tu pareja que se salgan de lo habitual. Pero para ello hará falta tiempo e imaginación. No siempre es falta de ganas un problema de monotonía. El dinero también afecta. Cuántas cosas se te ocurren que puedas hacer con tu pareja y que no te cuesten ni un céntimo. Las hay, claro que sí, pero muchas de las cosas que haríamos implican gastar dinero o disponer de un tiempo que no tenemos.

A nivel de seducción mantener el interés es sencillo si pones un poco de empeño en ello. Tanto si eres un chico como una chica, si tienes pareja es que algún día conseguiste seducirle.
Si estás al inicio de la relación tómatelo como una rutina más. Si hace tiempo que dejaste ese aspecto de lado es el momento indicado para retomarlo.

¿Qué mejor que jugar al juego de la seducción con tu pareja? Puedes llevarlo a cabo día a día, en cualquier lugar y circunstancia. Simplemente trata de adaptar la seducción a la situación en la que te encuentras. Si sales poco de casa con tu pareja trata de seducirle desde que te despiertas hasta que te vas a dormir.

No hace falta ni siquiera que cambies de vestuario o que te transformes para ello. Algunos pequeños gestos bastarán para indicarle a tu pareja que quieres tener un momento de intimidad.
Potenciar nuestra vida sexual es un buen modo de evitar la monotonía. Jugar al juego de la seducción para luego culminarlo así es un buen modo de evitar caer en la rutina.

Tener hijos o estar muy ocupados no implica que no puedas jugar a seducir a tu pareja, hazlo aunque la recompensa no sea inmediata. Alargarás el proceso de seducción, ampliarás el deseo en tu pareja y cuando por fin podáis estar solos en la intimidad verás que ha valido la pena calentar motores durante todo el día, o toda la semana.

Tanto mujeres como hombres se quejan de la monotonía como un elemento que hace perder el interés y la pasión por su pareja.

Es precisamente la falta de interés y de pasión los que llevan a la monotonía. Por ello, lo primero que creo que tienes que hacer para evitar esta sensación de aburrimiento es darle un aire renovado a tu vida sexual.

Es el momento de probar cosas nuevas, y no me refiero a prácticas con las que nunca hayas estado de acuerdo, simplemente de cambiar algo las rutinas. Si siempre lo hacéis con la luz apagada, probad a hacerlo con velas por ejemplo. Buscad maneras distintas de empezar las relaciones, como decía antes, calentando motores a escondidas durante el día o bien dando un masaje con aceite tibio a tu pareja.
Las mujeres necesitan sentirse deseadas para sentirse sexualmente atractivas. El hombre puede esforzarse en hacerle sentir a su pareja que la atrae para que ella gane seguridad en si misma y pueda revivir la pasión que sentían al principio.

Para los hombres que su pareja quiera tener relaciones sexuales con él siempre es un síntoma de buena sintonía. Es muy simple decir que si están satisfechos a ese nivel lo estarán en el resto, pero en general son de mejor conformar que las mujeres. Así que, como mujer, si quieres que tu pareja salga un poco de la monotonía y quieres que él sienta el interés que tienes en él debes demostrarle interés a nivel sexual.

En el fondo somos bastante parecidos, la mujer necesita sentirse deseada, bella, atractiva. Quiere ser el objeto del deseo de alguien. Aunque eso no implique consumar. Para el hombre ser el objeto del deseo de alguien sí implica consumar, pero insisto ambos sexos nos comportamos de forma parecida. Solo que para llegar a eso necesitamos, tal vez, estímulos un poco distintos.

En resumen, para alejarnos de la monotonía, reavivar la relación de pareja y poder hacerlo sin gastar dinero ni tiempo que no tenemos, un buen recurso es mejorar nuestra vida sexual.

Seguro que lo sabes, pero por si no lo recuerdas te lo cuento: cuanto más lo haces más te apetece. Es así. Además nuestros recuerdos nos provocan emociones y sensaciones, de modo que si ayer tuviste una noche apasionante, hoy, probablemente, cuando recojas la ropa que dejasteis tirada por el suelo sientas ese cosquilleo que te indica que estás dispuesta o dispuesto a pasar a la acción.

Seducir a tu pareja para que renovéis la vida sexual puede ser muy rico e interesante para ambos, sobretodo si decidís probar nuevos métodos de seducción o jugáis a que empezáis de nuevo. Hoy puedes seducirle en casa, mañana podéis ir al cine y pasado a cenar. La clave para que eso funcione es que estés en “modo seducción on” todo el rato, sin pasarte. Pero haciendo sentir a tu pareja que es la persona más deseada e importante de tu vida. Renovar la vida sexual es una manera infalible de evitar la monotonía.


APRENDE COMO SER FIEL CON TU PAREJA 

Dicen algunos que el hombre (y la mujer) es infiel por naturaleza. Algunos utilizan este tipo de argumentos para justificar sus infidelidades. O para evitar tener problemas en un futuro cuando sean infieles. Hay quien promete que será fiel toda la vida pero desde el mismo momento en que lo está prometiendo tiene dudas, ¿cómo ser fiel a tu pareja?.

Ser fiel es posible, es solo cuestión de voluntad.  Hay a quien no le cuesta en absoluto mantenerse fiel a lo largo de toda la vida. Es algo que ni se cuestiona. Mientras que hay personas a quienes nunca ha supuesto ningún problema y de repente un día… empiezan a flaquear. Otros, como ya decía tienen claro que tarde o temprano caerán, es algo que han hecho siempre. Y avisan. Luego sus parejas se sorprenden, pero muchas de estas personas lo dicen, nunca han sido fieles… aunque empiezan una relación con muy buena voluntad tarde o temprano también flaquean.

Lo mejor si ya tienes dudas desde un buen principio es tomar una serie de precauciones, las mismas que toman el resto de personas aunque no sean conscientes de ellas, sobretodo aquellas que nunca han sentido la tentación. Si no vas a ser capaz lo mejor es que se lo plantees a tu pareja y lleguéis a algún tipo de acuerdo. Muchas parejas contemplan en sexo con terceras personas como parte de su relación sin que les suponga ningún problema. Pero para ello debéis estar los dos convencidos de lo que hacéis.
Este tipo de parejas es habitualmente conocido como parejas abiertas y las hay de muchos tipos. Cada pareja es mundo, siempre lo decimos y por tanto cada pareja abierta deberá sentar sus bases, establecer lo que permiten y lo que no permiten y cumplirlo. Este tipo de parejas también caen en infidelidades. Una infidelidad no tienen porqué significar tener relaciones sexuales con otras personas. Una infidelidad es cuando fallamos en la promesa que le habíamos hecho a alguien.

Tenemos que tener en cuenta las diferencias entre infidelidad y deslealtad. Lo duele más en realidad es la falta de lealtad. Así que si por mucho que te esfuerces siempre se rompen tus parejas por tu incapacidad para ser fiel lo mejor es que busques a una persona que acepte este tipo de prácticas y podréis tener una pareja feliz y una vida sexual plena y satisfactoria.

Si tú eres de los que prometen que nunca va a estar con otra persona mientras estés con tu pareja tendrás que tomar una serie de medidas al respecto para cumplir con tu palabra y no caer en la tentación. Lo ideal es evitar las tentaciones, antes de que lleguen. Para ello deberemos tener una actitud muy controlada con las personas del otro sexo.

Muchas chicas y muchos chicos, que están totalmente tranquilos acerca de su manera de pensar, de sus intenciones no toman esta precaución cuando hablan con personas del otro sexo y esto puede dar lugar a malos entendidos y a abrir huecos donde no debería haberlos.

Está claro que puedes tener relaciones la mar de normales con personas del otro sexo, de la misma manera que tienes amigas o amigos (dependiendo de si eres chica o chico) sin que suponga un problema. Pero del mismo modo que no tontearías con una persona del mismo sexo si es algo que no te gusta no lo hagas con personas del sexo contrario.

Piensa si lo que estás haciendo con este chico (o con esa chica) es algo que harías con un amigo de tu mismo sexo, verdad que no entrarías en juegos o provocaciones sexuales con ellos? Pues con personas que no sean tu pareja tampoco.

Esto parece una tontería pero muchas personas juegan a seducir de forma habitual sin que les suponga ningún problema para su fidelidad, es solo un aumento del ego. Pero a medida que lo haces lo adoptas como una actitud normal y el día que te encuentres a alguien capaz de poner en duda tus principios tendrás un problema.

Es más fácil que aparezca alguien que te hace dudar si tienes una relación más relajada con los chicos (o las chicas) de lo que lo hacen las otras personas que tienen pareja. Siempre hay alguien con quien tenemos una química especial y aunque nos pueda parecer excitante y reconfortante es jugar con fuego.

Por lo tanto lo primero que tienes que hacer es mantener las distancias con las personas del otro sexo. Actúa siempre como una persona que tiene pareja y no juegues a buscar dobles sentidos a nada con nuevos amigos o personas a las que acabas de conocer. No te va a llevar a ningún sitio.
Si mantienes tu firmeza y tu seriedad con todo el mundo no solo serás fiel sino que lo parecerás y te ahorrarás situaciones desagradables si alguien confunde tu actitud.

Si alguna vez en la vida conoces a alguien que te hace poner en duda lo que has prometido, lo que sientes y sobretodo lo que deseas apártate. Sin perder tiempo.

Deja de verlo. Sobretodo si llevas tiempo con tu pareja y habéis caído en cierta rutina. Sentir de nuevo la emoción de la seducción y que alguien nos estimule es suficiente para hacer dudar y estropear relaciones muy sólidas.

Así que aléjate de la tentación. Ten claro lo que quieres. Ser infiel casi nunca sale bien. La mayoría de las veces es un simple impulso sexual el que nos mueve, que se irá haciendo mayor a medida que pase el tiempo y no le demos satisfacción.

Tener una historia no va a solucionar nada. Solo te traerá problemas. Problemas con tu pareja cuando se entere. Siempre se sabe. ¿Crees que vas a ser tú la persona que lleve una infidelidad en secreto? Y problemas contigo mismo cuando te des cuenta que no solo has fallado a tu pareja sino que también te has fallado a ti mismo.

Piensa que esto es como la comida. Estás a dieta y tienes mucha hambre, comerías un pastel de chocolate. Pero la satisfacción será temporal, dentro de un rato te apetecerá otro, y si te lo comes no solo estropearás la dieta sino que puedes tardar mucho en perder ese peso.

Con tu pareja pasa lo mismo, cuando eres infiel algo queda en el ambiente, algo cambia en la pareja. Si finalmente te pillan o confiesas piensa lo que podrías llegar a perder. ¿Ha valido la pena? Si quieres mantener a tu pareja contigo para siempre lo mejor es que dediques ese tiempo y esfuerzo a hacerla feliz en lugar de seducir a otras personas o dejarte seducir. ¿No te parece?


¿Quién no tiene problemas con su suegra?

Vale, no todas tenemos problemas con las madres de nuestros chicos, pero reconocedme que es un tema complicado y que a muchas les da mas de un dolor de cabeza. Es habitual que alguien te venta y te diga “tengo problemas con mi pareja por su familia”.

Los hay que tienen todo el día a la familia metida en casa. Esto tal vez pasa más con las familias de las chicas que de los chicos. No solo tenemos problemas con las suegras las mujeres. Hay muchos hombres que viven agobiados por el control que ejerce la familia de su mujer sobre ellos.

Si eres de los que se siente oprimido o oprimida por culpa de la familia de tu pareja vamos a tratar de darte algunos consejos para que llevéis mejor esta situación.

En primer lugar, como siempre recomendamos aquí, ten en cuenta el respeto. Respeto por tu pareja, por su familia y por la situación en general.

Para empezar debes ponerte en su lugar. Igual que tú, cada uno se ha criado en un entorno distinto y eso puede significar muchas cosas. Desde las diferencias más tontas a otras mucho más importantes. Cada uno es quien es por lo que ha vivido y por el entorno en el que ha crecido. Así que si amas a tu pareja y tiene cosas positivas piensa que en gran parte es gracias a su familia. Respeta eso.

Si tu problema es que tu pareja no recibe ningún respeto por parte de su familia, que es una persona dolida con el mundo y a quien has ayudado mucho para ver feliz y su familia lo rompe cada vez que lo tratan, estamos hablando de cosas diferentes. Con cierto tipos de familia, nos guste o no hay que romper.

Pero nunca puedes ser tú la persona que tome esa decisión por alguien más. Es decir, cada uno tiene que decidir si rompe con su familia. Tú puedes elegir no ver a su familia si con su actitud te faltan el respeto y sobretodo le hacen daño a tu pareja. Pero no puedes prohibirle que lo haga. Recuerda que tu apoyo será básico, plantéate si realmente te interesa romper con su familia o apoyarle cuando lo pasa mal.

Hablemos de familias en las que existen diferencias de pensamiento pero no presentan problemas realmente graves. Hoy hablaremos de los problemas que afectan a la mayoría de parejas en familias consideradas normales. Aunque normales, ya sabemos que no lo somos… quien más quien menos tiene una oveja descarriada en su corral, ¿verdad?.

Si la estabilidad con tu pareja se ve afectada por la mala relación que tiene alguno de vosotros con la familia del otro tenéis que sentaros y hablar del tema. No podéis permitir una separación por culpa de personas que en realidad no viven con vosotros.

A los padres a veces les cuesta asumir que sus hijos ya no son pequeños. A muchos padres les cuesta entender, desde siempre, que los hijos no son de su propiedad. Por muy padre que seas tu hijo no es tuyo. Cuando son pequeños cuesta mucho ver esa diferencia, que ellos se encargan de poner de manifiesto cuando llegan a la adolescencia.

El respeto a la individualidad es muy importante y eso es algo que no tienen en cuenta los padres. Y muchos hijos, o hijas, no ven la necesidad de enfrentarse a sus padres y siguen siempre el camino marcado. Y entonces llega un día en que se van de casa a vivir en pareja y tanto el hijo o hija como los padres creen que tienen que seguir haciendo lo mismo de siempre.

Y una cosa es llamar a tu madre cuanto te apetece hablar con ella, cuando te pasa algo, cuando tienes una duda y otra muy diferente es que metas a tu madre en tus problemas de pareja. Cuando tienes un problema con tu pareja no puedes esperar que tus padres hagan contigo lo que hacían cuando te peleabas con tus hermanos. Y es lo que hacen muchos adultos. En plena discusión muchos llaman a sus madres, quienes se alarman ante eso, claro está. Y se posicionan claramente a favor de sus hijos. ¿Qué madre no lo haría? Y eso da argumentos suficientes a esa persona para creer que tiene la razón.
Muchos llaman a sus padres cuando ya no están con su pareja, no hace falta llamar en plena discusión. Como padres deberían escuchar y tratar de darle la vuelta a la situación y ayudar a que su hijo solucione sus problemas solo. Meterse no hace más que crear problemas entre el hijo y su pareja y entre la pareja y la familia política.

Otro tema es cuando la familia política se pasa el día metido en casa de la pareja o exige que la pareja vaya a verles con una regularidad inquebrantable. Los domingos se come en casa. Y cada domingo ya tenemos a la pareja sin poder hacer otros planes porque tienen que ir a comer con los suegros. Y eso teniendo suerte, que si se trata de una familia igual en los dos casos tendrán que ir a cenar el viernes con unos y a comer el domingo con otros.

Las obligaciones no son buenas. ¿En qué queda la vida de la pareja entonces? Trabajas de lunes a viernes y el fin de semana lo pasas con los padres. Planazo.

La flexibilidad es importante. Es muy lógico que unos padres quieran seguir pasando tiempo con sus hijos, pero también es necesario que los hijos visiten a los padres en privado. A menudo recibir a la pareja corta un poco la libertad de esa familia. Es bueno que uno vaya a visitar a sus padres porque sí, solo, sin más. Una buena propuesta es dedicar un día a la semana a hacer esto, saliendo del trabajo, comiendo con ellos entre semana, yendo a pasar una tarde… A cambio nos quedan los fines de semana libres para nuestra pareja y dejamos la comida familiar para un domingo sobre tres.

La cuestión es encontrar el equilibrio. Tratar con respeto y educación a todos los miembros de la familia y que cada uno encuentre su espacio respetando el de los demás y haciendo respetar el tuyo propio. La única manera de vivir feliz en pareja es evitar los problemas o solventarlos lo mejor posible y la familia política no debería ser uno de ellos. El respeto y la comunicación son básicos para evitar o solucionar este tipo de problemas.


DESCUBRE COMO TENER MÁS AUTOESTIMA


Es imprescindible para muchas cosas tener un buen nivel de autoestima. No lograrás emprender nada si no tienes confianza en ti mismo. Será muy difícil que te respeten si no empiezas por respetarte a ti mismo. Por tanto es básico saber reconocer la baja autoestima.

Ser conscientes de tener un problema es el primer paso necesario que todos tenemos que dar para lograr resolverlo. Si no somos conscientes del problema es imposible que lo resolvamos ya que a nuestro modo de ver no tenemos nada que resolver.

Así que si tienes problemas para relacionarte con los demás, si tus planes nunca salen bien porque eres el primero que no confía en ti mismo para llevarlos a cabo tendrás que dejarlo todo y empezar a trabajar tu autoestima. Tú eres la inversión más importante de tu vida. Todo cambiará cuando aprendas a quererte y a saber ver lo bueno que hay en ti. Si crees que tienes problemas de autoestima sigue leyendo este artículo, te ayudaremos a saber reconocer la baja autoestima. 

Si ya lo tienes claro, te recomiendo que compres nuestro audio curso Cómo aumentar la autoestima en el que te guiaremos paso a paso en este complicado proceso para hacer de ti una persona nueva, con respeto por si misma. Eso lo cambia todo. Créeme.

Saber reconocer la baja autoestima en uno mismo como decimos es básico para empezar a poner solución a este problema y a todos los que se derivan de ello.

La baja autoestima te lleva a ser una persona insegura. Todo te parece complicado y crees que no merece la pena el esfuerzo dado que no tienes lo suficiente para conseguir el éxito. Ponerse límites a uno mismo es uno de los factores determinantes de la baja autoestima. Por supuesto que si tú pones tus propios límites, ¿qué no van a hacer los demás?

Los demás harán lo mismo, darán por hecho que no tienes las habilidades suficientes para lograr proyectos. Tú permitirás que no confíen en ti, lo verás lógico, tú mismo no eres capaz de confiar en ti mismo.

Desconfiarás de los que sí crean en ti y creerás que lo dicen para burlarse de ti. Para ti es más fácil aceptar críticas negativas que opiniones constructivas acerca de tu personalidad. Cuando alguien te halaga no le crees, pero cuando te critica crees que tiene toda la razón del mundo.

Si desconfías de ti mismo es imposible que logres nada. ¿Crees que alguien que sale a correr con mentalidad de perdedor es capaz de ganar la carrera? Alguien que cree que puede ganar, en una carrera o en cualquier iniciativa que tomes en la vida, arriesgará al máximo para conseguirlo ya que sabe que puede hacerlo. Si no se ve capaz no va a molestarse en arriesgar.

Imagínate que corres contra un campeón del mundo de atletismo. Está claro, que a no ser que seas un deportista especialista en ese campo, tienes todas las de perder. Muchos ni siquiera saldrían a correr. Otros en cambio querrán intentar ganarle. Están seguros de sus capacidades, por lo menos creen que pueden intentarlo. Un tercer grupo lo intentará. Sabe que va a perder, pero su victoria es quedar lo más cerca posible del campeón. Por lo tanto correrán y lucharán para vencer su propia marca personal.

El enemigo a batir eres tú mismo. No lo olvides. Se sentirá ganador tanto el que consiga llegar a la meta antes que el campeón de atletismo, pero también aquel que considere que ha hecho un buen papel. Aquel que sienta que su marca no ha estado tan lejos de la del campeón. Creer que podemos hacerlo es básico para hacerlo. No hay más.

Saber reconocer nuestros éxitos es imprescindible para reforzar nuestra autoestima. Siguiendo el ejemplo anterior, aquel tan competitivo que si no gana no está satisfecho no es un buen ejemplo. Como decía hay que saber reconocer los propios límites y exigirnos lo mejor, pero no podemos castigarnos por no conseguirlo.

El punto de vista más adecuado, a mi modo de verlo, es aquel que sale a correr, tratando de ganar al campeón o en su defecto venciendo su propia marca personal. Si lo consigue genial. Si no, buscará tal vez los motivos que le han llevado a no estar tan brillante como en otras ocasiones pero se felicitará por el esfuerzo.

A todos nos gustan que los demás nos feliciten por nuestros éxitos y trabajos. Pero el  primero de quien tenemos que recibir felicitaciones es de nosotros mismos.

Sentirse inferior a otros es muy típico de las personas con baja autoestima. Sabemos ver las cualidades en los demás pero no reconocemos las propias. Todos tenemos cosas buenas. Podemos trabajar para potenciarlas y por supuesto mirar de eliminar las negativas o por lo menos convertirlas en algo positivo. Pero sin castigarnos. Siendo constructivos.

Crecer es algo que podemos estar haciendo toda la vida. Quien llega a la edad adulta y siente que ya no tiene nada que hacer con su personalidad, que es así y ya no va a cambiar, está muy equivocado. Siempre podemos cambiar y siempre podemos aprender. Pero para ello es básico querer hacerlo.
Las personas con autoestima baja son muy dependientes. Siempre necesitan de alguien que confirme sus actos o que les de fuerza para ellos. Necesitan una guía ya que no se sienten ni siquiera capaces de tomar sus propias decisiones.

Una persona con autoestima baja es fácilmente manipulable ya que siempre se deja guiar por las opiniones ajenas. Si la persona que la orienta la quiere bien, no debería tener demasiados problemas. Pero si quien toma las decisiones por ella es egoísta o malintencionado la persona con baja autoestima estará cada vez peor.

Si te has reconocido en este artículo debes saber de quien te rodeas y dejar que los que te quieren te ayuden. Empieza a trabajar en tu autoestima hoy mismo. Es la única manera de vivir una vida exitosa, plena y feliz.

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